Medidas de 4T contra cambio climático, ¿sólo cosméticas?

Las medidas que anunció el presidente López Obrador contra el cambio climático serán sólo cosméticas e insuficientes para apoyar las tendencias globales.

El gobierno federal se comprometió a aumentar la producción de electricidad, a partir de energías renovables en poco más de 2 mil gigawatts anuales, pero la oferta se quedó corta para lograr una reducción real de contaminantes.

Otra de las acciones que dio a conocer fue la inversión de Pemex hasta por 2 mil millones de dólares de recursos propios y de créditos internacionales a tasas especiales para reducir hasta en 98% las emisiones de gas metano en procesos de exploración y producción en la industria petrolera.

Como parte de las disposiciones, el mandatario informó que se abrió un diálogo con 17 empresas estadounidenses del sector energético para garantizar inversiones que generen mil 854 megawatts de energía solar y eólica. A partir de estos acuerdos se explora la posibilidad de crear parques solares en la frontera de México con Estados Unidos, así como la construcción de redes de transmisión de energía que permitan exportar energía a California y a otros estados de la Unión Americana

Los especialistas consideran que estas medidas se quedarán en buenas intenciones porque son insuficientes para atender las recomendaciones internacionales sobre el cambio climático. La paradoja es que el gobierno tiene detenidos permisos y obras para avanzar en la construcción de parques solares.

Nos cuentan que cuando inició la actual administración, se quemaban 158 millones de pies cúbicos de gas natural, y a poco más de tres años la cifra aumentó a 494 millones, por lo que no hay una política real para acelerar la transición hacia la energía renovable.

Los que más saben aseguran que las acciones que anunció el presidente López Obrador no están a la altura del tamaño del problema, lo que restará a México atractivo para la inversión nacional y extranjera.

Relevos en el Senado

La elección de la nueva presidencia de la Mesa Directiva en el Senado de la República y que hoy encabeza la ex secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, dará mucho de qué hablar en las siguientes semanas.

A dos meses del relevo, ya levantaron la mano dos morenistas: Alejandro Armenta, que es uno de los más cercanos colaboradores del senador Ricardo Monreal y el tamaulipeco José Narro Céspedes, a quien hasta hace unos días se ubicaba con el grupo de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum. Sin embargo, la repentina aparición de Narro en un acto del canciller Marcelo Ebrard, podría cambiar el escenario de la elección y que emerja un tercero en discordia que sea más afín al equipo de la mandataria capitalina.

Nos cuentan que el caballo negro podría ser César Cravioto, ex titular de la Comisión para la Reconstrucción, quien a pesar de que ha mantenido un bajo perfil como un operador de Sheinbaum, podría entrar al quite para defender los intereses de su grupo y ayudar desde su trinchera a apuntalar la candidatura de la “corcholata” favorita del presidente López Obrador.

Así las cosas…